Concluyo
un libro que comencé hace tres o cuatro meses y que dejé a medias por otras
lecturas. Se trata de Cosmoagonías,
de la uruguaya Cristina Peri Rossi (Laia, 1989), cuyo magnífico título esconde
algunos relatos buenos, y también otros relatos que se me antojan menos
notables. No sé. No termino de “ver” este libro como una obra cuajada. Se
aprecian maneras, destellos, apuntes, pero falta algo que le dé cohesión y
organismo al conjunto; hay (o yo percibo) demasiadas fisuras, en un tomo que
debería haber quedado esférico, habida cuenta de la brillantez de su autora.
Me
parecen muy conseguidos “El club de los amnésicos”, “Te adoro” y “El
centinela”, así como párrafos sueltos de los demás relatos. Suficiente como
para seguir insistiendo con esta narradora.
Cómo no
insistir en los libros de alguien que habla así del amor (“Un amnésico
enamorado no reconoce, sino que cada vez debe empezar por conocer. Todos los días
se asombra de las mismas cosas, ya que las olvidó, y el color de la piel de la
mujer que ama es una incógnita sostenida por su imaginación (es decir, por su
memoria) que las diferentes luces del día y de la noche descubren cada vez,
para hundir, luego, en el pozo abismal de la amnesia”), del lenguaje (“El
lenguaje es de los que mandan”) o de los milagros (“Las revelaciones deben
merecerse”).
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