lunes, 12 de agosto de 2019

El sueño de Tántalo




No voy a decir quién es mi hermano Antonio Parra Sanz. Quienes me conocéis a mí lo conocéis a él, porque siempre he traído aquí sus libros con entusiasmo, fervor y rapidez. Ahora, aprovechando las vacaciones, vuelvo a una de las obras que publicó antes de que yo inaugurase este Librario íntimo: El sueño de Tántalo, una colección de cuatro relatos que apareció en “La biblioteca del tranvía”.
Allí podíamos paladear la prosa increíble de su autor, su inteligencia para idear tramas y su infinita sabiduría a la hora de esculpir personajes.
El primero de estos cuentos, “Tras las cortinas”, está planteado en forma de carta amorosa, y nos depara algunas sorpresas, que poco a poco asaltan al lector con la lentitud con que embriaga un buen vino. El segundo, “Ícaro”, nos entrega como protagonista a Lajos Imrenhagy, un tragafuegos del que se enamora Sonia de Grandes y que se ve envuelto en un oscuro episodio en el que resulta muerto un hombre. “Delicatessen” es, como su propio nombre indica, una auténtica delicia para la inteligencia, no sólo por la maravillosa forma de su escritura sino también por ese humor macabro que destila el cuento en sus líneas finales. Y “El sueño de Tántalo”, que cierra el volumen y le da título, nos permite conocer a Arturo, un antiguo boxeador que, enamorado de una prostituta conocida como La Karenina, no teme encarar el ridículo y se embarca en un propósito tan dulce como anacrónico, que ella moderará cuando menos lo esperemos.
Cuatro demostraciones de que Antonio Parra Sanz ya era, hace diez años, un autor de cuentos muy valioso. Léanlo y se convencerán.

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