martes, 11 de agosto de 2020

Encuentros con libros




Siento una fuerte inclinación por este tipo de libros, y reconozco que resulta muy peculiar. ¿Qué me lleva a leer una serie de textos donde se habla de Paul Claudel, Richard Friedenthal, Albert Ehrenstein, Friedrich Gundolf o Rudolf Kassner (autores a quienes no he leído y a quienes, presumiblemente, tampoco leeré en el futuro)? Y la respuesta es cristalina: el hecho de que sean páginas compuestas por Stefan Zweig. Más claro, el agua. Siempre me han gustado los libros de este genio vienés, que procuro frecuentar periódicamente para no alejarme demasiado tiempo del aroma de su prosa.
Así que cuando mi suegro, a principios del mes de julio, me regaló Encuentros con libros (traducido por Roberto Bravo de la Varga) y me puse con él, resulta fácil comprender que de inmediato quedé seducido por sus análisis. Entendí y valoré mucho más, obviamente, aquellos que dedicaba a Rainer Maria Rilke, Walt Whitman, Thomas Mann, Flaubert o Balzac; pero en cada una de sus doscientas cincuenta páginas disfruté de algún giro, de alguna metáfora, de algún aforismo, de alguna adjetivación. Acercarse a Zweig es acercarse a una sensibilidad con la que, en ocasiones, entras en desacuerdo, pero frente a la que siempre mantienes una posición de respeto y de admiración, pues la intuyes sincera. Igual que aplaudes frases como la que desliza en la página 8: “Desde que existe el libro nadie está ya completamente solo”.
En su abordaje a la obra de Goethe o de Rilke, el vienés insiste en que convendría leer la obra completa de ambos, para hacerse una idea orgánica de su aportación al mundo de la literatura. No sería disparatado afirmar lo mismo del propio Zweig, cuyos trabajos dibujan un firmamento de atractivos cuerpos celestes.
Admirable.

1 comentario:

Pablo Martín Carbajal dijo...

efectivamente, ese tipo de lecturas sobre libros ayudan mucho más a comprender y apreciar los textos. Un buen ejemplo que estuve leyendo yo en su día fue La verdad de las mentiras, de Vargas Llosa, que realiza ese mismo ejercicio sobre novelas para él fundamentales del siglo XX.