Personalmente,
siempre me han parecido absurdas e histriónicas esas frases acerca de que sólo
debemos leer libros que nos perturben, nos estremezcan y nos cambien la vida. O
sea, “el hacha que rompa el mar helado que tenemos dentro”, como decía el exagerado
de Franz Kafka. Yo creo (siempre que estén bien escritos) en los libros que
perturben, en los libros que distraigan, en los libros que te hagan llorar, en
los libros que te hagan reír, en los libros esenciales, en los libros
superfluos, en los libros gordos y en los libros anoréxicos. Nunca me pongo la
corbata para leer, ni me almidono el cuello de la camisa, ni me arrellano en
una butaca con mirada interesante de pensador. Me siento con un café, abro el
libro y dejo que me hable. Ya está. Sin más misticismos, ni más pedanterías.
Por eso,
de vez en cuando me sumerjo en libros de Dean Koontz, Noah Gordon y otros
autores que, etiquetados casi peyorativamente de “bestsellers”, provocan
fruncimientos de cejas en los lectores más prejuiciosos. A mí, como digo, si
las obras están bien escritas y me llevan por un sendero agradable, no me
supone ningún problema aplaudir.
Y hoy
aplaudo con energía la novela El origen
perdido, de la alicantina Matilde Asensi, quien nos propone un viaje
alucinante que, partiendo desde Barcelona y teniendo como protagonistas a tres
hackers de alto nivel, nos conduce hasta el interior de las culturas aymara e
inca, llenas de tocapus, yatiris, inscripciones misteriosas, pirámides ocultas
bajo tierra, selvas llenas de peligros, tribus ancestrales y poderosos
hechizos. Y todo ello, construido sobre una extensa documentación, que se
advierte en todas las páginas pero que jamás (y es un alto logro) entorpece la
fluidez de la lectura. Este mundo precolombino, de cráneos deformados y sugerencias
extraterrestres (publicado varios años antes de que Steven Spielberg filmase su
película sobre las calaveras de cristal) se convierte en un prodigioso imán que
te mantiene aferrado al libro y con la respiración muchas veces alterada.
Arqueología, historia, psicología y magia son manejadas de una forma ingeniosa
por una novelista que tiene el rarísimo don de enseñar, seducir y entretener a
los lectores sin que la calidad literaria se resienta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario