sábado, 8 de agosto de 2020

Arteratura




Todos los relatos que se incluyen en este libro están vertebrados por un vínculo que los relaciona y que, juguetón, viene insinuado en el título del tomo: el mundo del arte. En ocasiones, nos encontraremos en el ámbito de la literatura (y los nombres de Antonio Muñoz Molina, Julio Cortázar, Lewis Carroll, García Lorca, Cervantes, Hemingway o Tolstoi impregnan y condicionan la realidad de los personajes); otras veces, será el universo armónico de la música el que se extienda por el relato (John Lennon, un anónimo guitarrista, Beethoven); y otras, en fin, será la magia insondable del cine (encarnada en las figuras famosas de Jack Lemmon, Clint Eatswood o Roberto Benigni) la que sirva como bastidor para que el cuentista jienense esculpa su propuesta.
El resultado es un libro espléndido, diamantino, en el que advertiremos brillos diferentes según la faceta sobre la que posemos los ojos: los secretos amorosos y virulentos que el corazón humano puede albergar (“El sol de los muertos”); la melancolía que a veces se esconde en las habitaciones cerradas de nuestro pasado (“Días de vino y rosas”); las turbulencias a las que puede conducir un ejercicio de deslealtad (“Strawberry fields forever”); la grandeza que anida en el corazón de los más nobles, que con un gesto minúsculo son capaces de aliviar el alma herida de otras personas (“Duelo al sol”); la venganza reversible que se desliza entre una emperatriz despechada y un genio musical soberbio (“Concierto de Año Nuevo”) o la denuncia del mundo bélico a través de un accidente y una novela de lectura inacabada (“Guerra y paz”).
No resulta extraño que casi todos los relatos de este volumen (que publica el sello Malbec) hayan obtenido aplausos y galardones en importantes certámenes de cuento por toda España: desde el Gerald Brenan o el Hucha de Oro hasta el Unicaja o el Encarna León.
Francamente bueno.

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