Ángela
Miranda es una joven melancólica que, paseándose siempre con un libro entre las
manos, medita sobre su vida, sobre el futuro, sobre cómo habrá de actuar el
paso del tiempo sobre ella. Un día, en medio de uno de sus lánguidos paseos, se
tropieza con un desconocido que parece saber bastante sobre la asombrada
muchacha y que, por sorpresa, le regala una sortija muy especial: girándola,
ella podrá hacer que el tiempo avance a su antojo, situándose de golpe en un
porvenir emplazado a dos, tres, cinco, diez años más allá, dependiendo de las
vueltas que le dé al raro anillo.
La
tentación es tan infantil como poderosa; y Angelita, quizá no resulte necesario
explicarlo, parece dispuesta a comprobar si las palabras del misterioso
caballero encierran una burla o son verídicas. Así que, aprovechando la soledad
de su casa, agarra el anillo… y le da varias vueltas.
Es
entonces cuando descubre que ahora está casada, tiene una sirvienta de lo más
curiosa y es madre de un chiquillo. ¿Cómo es posible que todo esto haya tenido
lugar? ¿Cómo reconocerá a su marido cuando lo vea, si ni siquiera conoce su
nombre, su profesión, sus gustos o su aspecto físico?
Partiendo
de ese peldaño tan sugerente, e invitándonos a subir por la asombrosa escalera,
Azorín nos ofrece en esta obra teatral una reflexión muy elaborada sobre el
paso del tiempo, sobre la imposible felicidad del ser humano (sujeto siempre a
vaivenes e incertidumbres) y sobre la plácida serenidad que se adquiere cuando
la persona vive en paz con su realidad presente.
1 comentario:
Angelita, la hija de Brigi y Serafín, los del tercero...😂😂😂
Tontadas aparte, una obra de la que apenas recordaba nada. Jo.
Besos 💋💋💋
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