De todos
los sentimientos humanos, quizá el más lacerante sea el de la duda, que
erosiona con eficacia diabólica. Al dudar, no solamente nos adentramos en el
pantano de la tristeza, sino que nos impedimos irreversiblemente la disipación
del consuelo o el lenitivo de la amnesia. Dudar es ser siempre desgraciado y
aproximarse, como le ocurre al protagonista de este drama de August Strindberg,
a los acantilados de la locura.
Es un
gris capitán del ejército, que dedica sus ratos libres al ejercicio de la
ciencia. Tiene una hija llamada Berta. Su matrimonio es tan anodino como
infeliz. Vive en un país rodeado por la nieve. Su cuñado es pastor de la
iglesia. Su gran proyecto es que su hija abandone el claustrofóbico de la casa
y vaya a la ciudad para estudiar y alejarse de las supersticiones e ideas
religiosas de su madre o su abuela… Un día, su mujer (Laura), que se opone
acremente a esa decisión, decide redondear el plan que lleva urdiendo durante
años para lograr la incapacitación de su marido: le insinúa que su hija no es
suya. A partir de ese momento, todo empieza a convertírsele en saliva amarga.
¿Quién puede asegurarle que no está escuchando la verdad? ¿Pondría la mano en
el fuego por la fidelidad de su esposa? ¿No pudo tener ese desliz? Y aunque
ella, luego, sibilina, le indique que todo era una broma, la termita ya está
dentro de su cerebro: quizá es ahora cuando le está mintiendo, para
garantizarse la calma doméstica… y su futura pensión.
El
capitán, que tiene unas ideas muy tajantes sobre lo que una madre puede opinar
sobre el futuro de sus hijos (“¡Nada, en absoluto! Ella ha vendido sus derechos
de primogenitura por medio de un contrato legal de compraventa. Renuncia a
todos sus derechos y el marido, como contrapartida, se compromete a mantenerla
a ella y a los hijos”), se descubrirá atrapado en el pegajoso barro de la
sospecha. Y comprenderá que de ahí no se sale, salvo por la puerta de la muerte
o por la puerta de la locura.
1 comentario:
Los derechos de propiedad de una madre hacia sus hijos...mí frase favorita del día de hoy.
El libro, a la saca.
Besos 💋💋💋
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