miércoles, 13 de mayo de 2020

Las preciosas ridículas




El engorro al que tiene que hacer frente el sensato burgués Gorgibus no es nada pequeño: tiene que concertar el matrimonio de su hija y de su sobrina con dos honorables caballeros. Dicho así parece fácil, pero es que las muchachas son dos almas de cántaro que, influenciadas por la lectura de unos libros cursis, adolecen de ñoñeces insufribles y se muestran también bastante melindrosas con respecto a las pretensiones de Gorgibus (la sobrina llega a pronunciar estas palabras en la quinta escena del primer acto: “Encuentro el matrimonio una cosa completamente molesta. ¿Cómo puede sufrirse el pensamiento de acostarse con un hombre totalmente desnudo?”).
Todo en ellas (su vocabulario afectado, su vestimenta atildadísima y sujeta a los menores vaivenes de la moda, sus gestos, sus ideas sociales) es fatuo, superficial y risible. Y su máxima aspiración, que no se molestan en esconder, consiste en ser valoradas como árbitros del buen gusto en su ciudad. Así que el terreno está lo bastante bien abonado como para que dos sirvientes bribones (Mascarilla y Jodelet) decidan burlarse de ellas fingiéndose nobles.
Eficaz como siempre, Molière construye en esta pieza una burla demoledora contra los excesos de la afectación, que convierte a sus protagonistas en seres patéticos, falsos y vulnerables; y nos regala una hora de lectura absolutamente maravillosa. (Nota: he ido cotejando esta traducción con la de Julio Gómez de la Serna para la editorial Aguilar, y el ejercicio me ha parecido sumamente interesante).

2 comentarios:

La Pelipequirroja del Gato Trotero dijo...

Me encantan ambas piezas, hacía mucho que no leía a Molière y ha sido como abrir el baúl de los recuerdos y volver a años y momentos deliciosos.
Me encanta.

Besos 💋💋💋

aromas y piedras dijo...

Hermoso texto!