Indagar
en el alma a través de las experiencias emocionales y sexuales de sus
protagonistas: ese es el gran desafío que se plantea Raúl Quirós Molina en su
libro de relatos Vertedero (Editorial Dieci6). En las tres propuestas
narrativas del volumen, el autor madrileño explora con inteligencia en los innumerables
vericuetos, complejidades y contradicciones del corazón humano; y lo hace
siempre con una prosa muy eficaz (lírica cuando tiene que serlo, coloquial
cuando la situación lo requiere), que nos va envolviendo y nos conduce por
trochas no siempre previsibles. En “La Plaça del Sol” asistiremos al monólogo
intenso, absorbente y cautivador de Álvaro, un muchacho que nos desgrana su
fascinación por Vicky, a la que sigue desde Madrid hasta Barcelona para
declararle su amor. Pero al cabo de pocas páginas (y de una forma
vertiginosamente creciente) comprendemos lo que de verdad anida en su cerebro.
En “Sexos en llamas” (una historia con rótulos pespunteados por títulos de
canciones) nos volvemos a encontrar con una difícil relación de pareja, llena
de aproximaciones y vacíos, guadiánica, indefinida o indefinible, con un
desgarro final que conmueve y atora la garganta. Y en la que cierra el tomo,
“Vertedero”, entramos de lleno en los sobreentendidos, en las pulsiones que se intuyen
en el otro y que pueden conducirnos por caminos más bien equivocados, rozando
la turbiedad o el delito.
A
mí me ha parecido una experiencia fascinante recorrer las páginas de este tomo;
y sé que terminaré buscando otras obras del autor, que ha sido finalista del
Nadal y ganador del Felipe Trigo. Su manejo de los diálogos, de las
situaciones, de las emociones íntimas, de los fangos íntimos del corazón
humano, incluso de la forma tipográfica del relato, me ha parecido más que
convincente.
Anoto
dos observaciones, que he subrayado con rojo en el libro: “Somos chimpancés en
la selva de la opinión, expulsando ideas para justificar que tenemos capacidad
de raciocinio”. “Amor moderno: encontrar razones para no abandonar a alguien”.
Apúntense el nombre del autor. Yo ya lo he hecho.
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