Termino
un seductor compendio de microrrelatos de Manuel Fernández Labrada, que publica
el sello Trea con el título de Al brillar un relámpago escribimos y que
está gobernado por la inteligencia y, sobre todo, por el sentido del humor.
Para cohesionar la presentación del tomo, el autor distribuye sus historias en
cinco bloques temáticos: el primero está formado por simpáticas, irónicas (y a
veces cáusticas) aproximaciones al mundillo literario, donde aborda todo tipo
de asuntos y personajes (los rechazos editoriales, los críticos que reseñan
fijándose tan sólo en la contraportada, la fatuidad de algunos escribidores,
las añagazas mercantiles de las librerías, etc). Ese bloque, titulado “Tipos de
cuento” quizá sea el mejor del libro. El segundo nos informa sobre diversos
personajes del mundo del circo y sus conexiones con el sexismo: hombres-bala,
payasos, apuntadores, trapecistas, etc. Lleva como oportuno título el de “La
feria de los machistas”. Después, nos invitará a adentrarnos en el mundo de la
música (“Colgados del pentagrama”), en la docencia (“Heridos de tiza”) y en el
mundo de los perros y sus relaciones con humanos… y con extraterrestres (“El
peor amigo del perro”). Como puede observarse, un arco temático de lo más
variopinto.
Creo que las dos virtudes principales del tomo son el elevado sentido del humor que el autor despliega en sus páginas (por un lado) y el tono estupendo, sin altibajos, que presenta el volumen (por el otro). Puede ser abierto por cualquier página y disfrutado con sonrisas y con agrado. Hagan ustedes la prueba. Seguro que me dan la razón.
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