viernes, 30 de septiembre de 2022

Corazón de perro

 


Poco se puede imaginar un solitario y hambriento perro que deambula por las calles de Moscú en 1924 que el encuentro con Filip Filípovich va a cambiarle la vida de un modo radical. No tanto porque lo trate con cariño, lo alimente con trozos de salchichón y lo acoja en su casa, con el nombre de Shárik, sino porque se trata de un reputado científico que ha decidido utilizarlo para un experimento de gran trascendencia: retirarle la glándula hipófisis y sustituirla por la de un varón humano que acabe de fallecer. En teoría, el objetivo de tan singular permuta es comprobar de qué forma afecta ese cambio al envejecimiento o al rejuvenecimiento de las células… pero la realidad es que, como si se tratase de un paciente del doctor Moreau (aquel inquietante personaje que Wells creó y lanzó al mundo literario en 1896), el perro comienza a transformarse lentamente en un ser humano. Bajito, con instintos animales y bastante peludo; pero humano. De hecho, cuando comienza a dominar con cierta solvencia la facultad del habla, lo primero que hace es solicitar al doctor Filip Filípovich que le consiga papeles que le otorguen estatus de ciudadano soviético; y exigirle que le conceda un sitio en su vivienda (por generosidad comunista); y que lo alimente. Y cuando el científico se muestra reacio a concederle cualquiera de sus exigencias, el “ciudadano Shárikov” (nombre que ha decidido adoptar) no duda en denunciar a su creador por actividades y pensamientos contrarrevolucionarios.

Sátira mordaz y muy ingeniosa del mundo soviético, este Corazón de perro, que traduce del ruso Ricardo San Vicente para Galaxia Gutenberg, es un libro en el que se mezclan sonrisas y escalofríos, y donde se fabula con inteligencia y buen humor sobre los excesos del totalitarismo, sobre la maldad y sobre el espíritu de venganza. Bulgákov, perseguido y machacado durante años por la censura en la URSS, consigue en esta novela no demasiado extensa una narración simpática y que invita a la reflexión. No gustará a los que siguen comulgando con ruedas de molino, pero sí a los espíritus abiertos.

1 comentario:

Unknown dijo...

Leo que es una sátira y que estuvo prohibido, ideal, así que lo he encargado. Gracias y muchos saludos.