Desde
que descubrí la novelística juvenil de César Fernández García me propuse leer
alguna de sus historias a mis hijos pequeños, por las noches. Y acabo de
cumplir ese propósito gracias a Ordenadores con bandera pirata, una obra
que se concibió para lectores de escasa edad y que contiene todos los
ingredientes necesarios para tenerlos entretenidos e intrigados: protagonistas
de su edad, un ambiente cercano (las dependencias de un colegio), personajes
habituales (un vendedor, un conserje, un jardinero) y, sobre todo, un enigma
que conecta con el mundo de la informática, que están comenzando a conocer. Los
protagonistas son un niño, su amiga Nerea y el perro de esta última, que se ven
enredados en una intriga relacionada con el pirata Barbarroja, que se aparece
de forma autónoma en la pantalla de un ordenador y comienza a hablar con ellos,
dictándoles varias indicaciones que deberán cumplir si quieren participar en un
juego trepidante y hacerse al final con un tesoro.
Muy
eficaz a la hora de construir la trama, César Fernández va envolviendo a sus
personajes en un enredo cada vez más complicado, en el cual la figura de una
serpiente, un anillo colgado en la pared o unos collares que aparecen sobre un
árbol irán capturando la atención y la perplejidad de los lectores más jóvenes.
Ya me han pedido que busque otro libro del autor: es buena señal.
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