viernes, 9 de diciembre de 2022

Noche de ronda

 


Cuando se es una persona libre de ataduras y con unas inequívocas ganas de disfrutar de la vida (alcohol, risas, música, sexo), asistir a un cursillo veraniego en la localidad malagueña de Ronda se puede convertir en la excusa perfecta para vivir unas jornadas de disfrute e incluso de desmadre. En la novela Noche de ronda, de Antonio Linde (Sial Pigmalión, 2022), el protagonista de ese desmadre se llama Alejandro Soler, un doctor en Filosofía de cuarenta años que, tras unos años de destino en la Consejería de Educación, ha decidido volver al campo de batalla del instituto. Pero, antes, decide participar en el curso “Medios de comunicación y su influencia en la sociedad y la economía del nuevo milenio”, que se celebra en julio de 2000. Allí asistirá a soporíferas ponencias perpetradas por especialistas en la materia; participará en largas sesiones etílicas por las noches; contemplará gamberradas impropias de adultos (intentan arrojar a un compañero por un precipicio) y compartirá con Mónica una sesión de sexo de alto voltaje. Al despedirse, ni siquiera se sentirá obligado a facilitar a los compañeros su auténtico número telefónico. Lo que sucede en Ronda, se queda en Ronda.

Pero la fotografía y la ambición son tozudas, y he aquí que, veinte años después, dos de los asistentes a aquel curso recibirán cartas de chantaje donde se les comunica que unas imágenes harto bochornosas que obran en poder del autor de las cartas pueden convertirse en el final de sus carreras profesionales… salvo que paguen un precio por ellas.

Con dos partes muy claramente diferenciadas (en el argumento y también en el tono narrativo), el jienense Antonio Linde nos entrega una novela bienhumorada y fresca, donde los acontecimientos (como diría Baroja) marchan al galope; y que, en sus páginas finales, dibuja un rizo elegante e irónico.

Pasarán una tarde muy divertida con ella.

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