Recibió
en el bautismo un nombre de aroma calderoniano (Simón Pedro Crespo) y sus
inicios laborales se desarrollaron en un banco. Pero pronto aquel chico de
buena familia y criado en un entorno burgués se dio cuenta de que lo suyo era
la literatura, así que abandonó trabajo, familia y patria chica para irse a
Barcelona y buscar allí su destino en el mundo de las letras. Evidentemente, la
vida de un joven bohemio que aspira a ser escritor nunca es fácil; y la suya no
podía ser, en ese sentido, excepcional. Simón tendrá que hospedarse en una
pensión mediana (regentada por doña Lola), codearse con desocupados borrachines
(Teófilo) e incluso con drogadictos (Carmelo) y aceptar trabajos tan peregrinos
como breves (pegar carteles de cierto partido político durante la primera noche
electoral; servir pizzas como motorista; empaquetar libros en un antro
cochambroso). Los cantos de sirena no dejarán de sonar en sus oídos cuando
comprenda que doña Lola muestra excesivo interés por su persona, y que bastaría
con vencer sus escrúpulos morales para convertirse en un mantenido. Simón
prefiere mantener la dignidad y no abalanzarse por ese camino, pero ignora que
tendrá que vérselas aún con numerosas angustias callejeras: una banda de
neonazis que lo toma por sudamericano y pretende golpearlo; una joven
prostituta que quiere mostrarle su gratitud entregándole su cuerpo; unos
policías que lo detienen, acusado de un crimen que no ha cometido, y que lo
llevan a una comisaría de siniestra fama… Y, sobre todo, un final donde
alegrías y penas se confunden y abrazan sobre el corazón del protagonista.
José
Cubero Luna vuelve al territorio de la literatura con una novela de grato
fluir, donde leemos interesantes reflexiones sobre la búsqueda de un camino
personal y donde, sobre todo, contemplamos el mundo de los barrios bajos desde
las pupilas de un chico con estudios, que decide sumergirse en la realidad para
nutrir con ella sus futuras novelas y cuentos. Sin olvidarnos, claro está, de
todos los instantes en que el autor nos desliza opiniones sobre el nacionalismo,
las lenguas que conviven, las bandas fascistas que se enseñorean de las calles,
las empresas de trabajo temporal o los abusos laborales favorecidos por la
crisis. Además, nos ofrece unos magistrales retratos de distintas figuras, que
deambulan por las calles y se afanan en la siempre ardua tarea de sobrevivir:
Olga, doña Lola o el Tuerto se convierten pronto en personajes que el lector
observa casi vivos ante él, dibujados con realismo sobrecogedor.
La editorial MurciaLibro, que apuesta por las obras de José Cubero hace ya varios años, obtendrá sin duda un nuevo éxito con esta novela.
No hay comentarios:
Publicar un comentario