viernes, 27 de marzo de 2020

El oficio de oír llover




Creo haber consignado ya alguna vez en este Librario el gran aprecio que siento por la labor como articulista de Javier Marías, cuya mirada y cuya valoración del entorno me parecen altamente inteligentes. Por esa admiración intento volver, cada cierto tiempo, a un nuevo volumen recopilatorio de sus escritos de prensa. Es lo que ahora hago con El oficio de oír llover, que reúne textos de 2003 a 2005, publicados en El País Semanal.
Lentamente, porque los primeros escritos no alcanzan la fluidez habitual (él mismo reconoce que se sentía “algo menos suelto y más sombrío” con el cambio de medio, y quizá no le falte razón), voy entrando en su universo temático: la banalidad de nuestro tiempo; el estruendo galopante que infama nuestra vida; la chabacanería soez de la televisión (“No deja de ser anómalo y sintomático que el alarde de mala leche se haya convertido en un oficio admiradísimo y muy bien pagado, al cual optan sin cesar jóvenes que hasta hace nada eran anónimos”, p.142); el error de la que la Justicia se limite a la letra (“se ajusta a Derecho”) y no al espíritu ni al sentido común; la pérdida flagrante de las normas de cortesía sociales; los abusos que la Iglesia Católica perpetra, con la connivencia de la clase política, en época de procesiones, tomando las calles de forma abusiva; la defensa de la combativa actitud ética de Fernando Savater; el abaratamiento de los logros y hazañas, como signo de la mediocridad de nuestro mundo; la persecución más bien desproporcionada que sufren los fumadores; la criminal coalición que se fraguó entre Bush, Blair y Aznar para iniciar en Irak una guerra arbitraria, frívola e injusta; etc.
Me gusta, además, leerme estos libros de Javier Marías con lentitud: dos o tres artículos cada vez. Es como detenerse a contemplar cuadros: entiendo que la prisa nos arrebata una buena parte de la belleza o de las reflexiones que, leídas con reposo, suscitan sus líneas.
Un excelente escritor del que no me gusta mantenerme demasiado tiempo lejos.

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