¿Puede
surgir el amor hacia una persona a la que solamente has visto, de forma fugaz,
en la imagen de un viejo medallón? ¿O se tratará más bien de una extraña
obsesión de la mente, que se acoge al deslumbramiento romántico y que equivoca
su rumbo? Gerardo Lacase, un joven estudiante que anda preparando su tesis
doctoral sobre Bossuet y que nos servirá para reflexionar sobre las dos
preguntas anteriores, es acogido en una vieja y enorme mansión por el señor
Floche, que posee documentos valiosísimos sobre este personaje y que está
dispuesto a poner los mismos a su disposición.
Durante
varias jornadas, el muchacho se encontrará inmerso en un ambiente de lo más
sofocante y anómalo (un abate desagradable, con el que desde las primeras horas
mantiene una relación tensa; un niño llamado Casimiro, sobrino de los
propietarios de la casa; un jardinero brusco y mal encarado). Y aunque los
papeles que pone el señor Floche en sus manos se le antojan muy interesantes,
la triste y pegajosa sucesión de las noches en la casa lo impulsan a tomar la
decisión de alejarse. Pero en ese preciso instante Casimiro pone en sus manos
un retrato de la madre, que viene a la casa de vez en cuando… y Gerardo opta por
quedarse, para comprobar si en persona es tan bella como en la imagen.
Una
novela sobre las turbulencias del deseo, sobre la infidelidad y sobre las
trazas misteriosas que contiene el pasado de toda vida, que André Gide
construye con una prosa eficaz, recortada y valiosa.
1 comentario:
Te iba leyendo e imaginando escena tras escena y eso es muy buena señal porque significa que el libro me atrae 🤗🥰💋
Publicar un comentario