lunes, 30 de marzo de 2020

Isabel




¿Puede surgir el amor hacia una persona a la que solamente has visto, de forma fugaz, en la imagen de un viejo medallón? ¿O se tratará más bien de una extraña obsesión de la mente, que se acoge al deslumbramiento romántico y que equivoca su rumbo? Gerardo Lacase, un joven estudiante que anda preparando su tesis doctoral sobre Bossuet y que nos servirá para reflexionar sobre las dos preguntas anteriores, es acogido en una vieja y enorme mansión por el señor Floche, que posee documentos valiosísimos sobre este personaje y que está dispuesto a poner los mismos a su disposición.
Durante varias jornadas, el muchacho se encontrará inmerso en un ambiente de lo más sofocante y anómalo (un abate desagradable, con el que desde las primeras horas mantiene una relación tensa; un niño llamado Casimiro, sobrino de los propietarios de la casa; un jardinero brusco y mal encarado). Y aunque los papeles que pone el señor Floche en sus manos se le antojan muy interesantes, la triste y pegajosa sucesión de las noches en la casa lo impulsan a tomar la decisión de alejarse. Pero en ese preciso instante Casimiro pone en sus manos un retrato de la madre, que viene a la casa de vez en cuando… y Gerardo opta por quedarse, para comprobar si en persona es tan bella como en la imagen.
Una novela sobre las turbulencias del deseo, sobre la infidelidad y sobre las trazas misteriosas que contiene el pasado de toda vida, que André Gide construye con una prosa eficaz, recortada y valiosa.

1 comentario:

La Pelipequirroja del Gato Trotero dijo...

Te iba leyendo e imaginando escena tras escena y eso es muy buena señal porque significa que el libro me atrae 🤗🥰💋