Gustave Flaubert es uno de los nombres míticos de la cultura
occidental del siglo XIX, así que cuando se abre uno de sus libros se espera
obtener de él una especie de deslumbramiento de belleza, de éxtasis formal, de
brillantez sin límites. Con esa esperanza me sumergí en las páginas de su Dictionnaire des idées reçues, su famoso
Diccionario de las ideas recibidas.
O, como traduce Consuelo Berges, su Diccionario
de tópicos (Bruguera, 1980). Y lo que me he encontrado es una pieza menor,
graciosa a ratos, ingeniosa a ratos, donde la mezcla de humor, ironía y
solemnidad produce un resultado final, en mi opinión, discreto.
Es verdad que brillan de vez en cuando algunas gemas en este
libro (quién lo negaría), pero el balance general no se eleva a gran altura. El
diccionario de José Luis Coll contiene mejores dosis de humor; el diccionario
de Ambrose Bierce, mejores dosis de pensamiento. Por comparación (resulta
inevitable comparar), la propuesta del escritor de Ruan queda en un segundo
plano, más anecdótico que esplendoroso.
De todas formas, durante la lectura he subrayado algunas
definiciones que, llenas de gracia, retranca, inteligencia o mordacidad, copio
aquí como ejemplo de los pensamientos flaubertianos:
“Academia de la Lengua:
Denigrarla, pero tratar de entrar en ella si se puede”.
“Ajedrez: Demasiado
serio para ser un juego, demasiado fútil para ser una ciencia”.
“Ciencia: Un poco de
ciencia aparta de la religión; mucha, acerca a ella”.
“Condecoraciones:
Burlarse de ellas, pero con muchas ganas de obtenerlas. Cuando se obtienen,
decir siempre que ha sido sin solicitarlas”.
“Gloria: No es más
que un poco de humo”.
“Gramática:
Enseñársela a los niños muy pequeños como cosa clara y fácil”.
“Higiene: Preserva
de las enfermedades, cuando no es causa de ellas”.
“Imbéciles: Los que
no piensan como nosotros”.
“Infinitesimal: No se sabe lo que es, pero tiene relación con la homeopatía”.
2 comentarios:
No tenía noticia de este título, Rubén. Muchas gracias por dármelo a conocer.
Un saludo
Los Tres cuentos me parecen de lectura obligada, pero para mi gusto, un poco farragosos y poco universales.
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