Algunas personas, cuando se colocan ante el
folio o ante la pantalla del ordenador y deciden construir una historia, se
proponen (o necesitan) dibujarnos mundos lejanísimos, aventurarse por senderos
inhóspitos o imaginar complicados argumentos situados en el pasado o en un
futuro improbable. Pero otras parecen preferir (y creo que Maite Núñez se
incluye en este grupo, por lo que leo en su magnífico volumen de cuentos Cosas que decidir mientras se hace la cena)
los paisajes y las figuras más cercanos y más cotidianos: la diminuta cocina
donde una mujer se plantea si formalizar ya su relación oficiosa de pareja; la
aspiradora que se pasa sobre los restos de un pequeño desastre ocurrido en el
hogar; el adolescente que recibe con desdén al padre divorciado que ha decidido
emprender un largo viaje; la tristeza roja de una madre y una hija, atrapadas de
forma casi inquebrantable en un local de alterne; las hermanas que se apoyan en
los momentos menos boyantes; las argucias ópticas de una mujer que siente la
necesidad de reunirse de nuevo con su pareja; la tentación de la infidelidad,
que a veces acecha; las vecindades farragosas; los divorcios; el cáncer.
Son temas que, visitados narrativamente por
miles y miles de escritores, parece ya imposible que ofrezcan novedades o
sorpresas. Pero justo ahí emerge el brillo esperanzador e indiscutible de Maite
Núñez, que sabe capturar y retener la atención del lector, emocionar con sus
secuencias narrativas y convertir lo cotidiano en delicada belleza atemporal. “El
plano de Londres”, “Miopía” o “Zona de sombrillas” son lecturas que tardaré
mucho en olvidar, por la inteligencia, la luz y la humanidad que emanan.
Una maravillosa colección de relatos, que nos
obliga a estar pendientes (ilusionadamente pendientes) de las futuras
publicaciones de esta escritora.
1 comentario:
Yo escribo cosas tan simples como cuando un chico minusválido de mi pueblo perdió sus gafas, cuando mi abuelo escondió en plena hambruna de postguerra un trozo de tocino salado para dárselo a su perro sobre cuando mi prima puso petardos en la tarta de bautizo de su hermana, y te monto un relato la mar de astuto 😂😂😂 No apostaría mucho por la calidad, pero paso muy buenos ratos.
Me pasa lo mismo con las lecturas, una gran historia siempre es la más sencilla.
Besitos 💋💋💋
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