domingo, 19 de enero de 2020

El secreto de la baronesa




Doña Eulalia, a quien todos en el pueblo llaman “la baronesa” pese a que el título corresponde en realidad a su hermano, que vive en Madrid, es la mujer más poderosa y respetada de la localidad. Desde su juventud mantiene una imagen impoluta de dama chapada a la antigua, huérfana de modernidades, temerosa de que el pecado entre en ella, amiga del obispo y de las fuerzas vivas y casada con un hombre licencioso, que desde su desaparición no ha dejado más huella que la hija común: Marina. Es, también, la protectora del hijo de un labriego, el joven Sebastián, para quien la baronesa ansía la condición áurea de sacerdote. Todo el rancio equilibrio de esta escena se quebrará estrepitosamente cuando la dama descubra que su hija está embarazada, y que el padre no es otro que su protegido Sebastián. ¿Cómo afrontar la indignidad que, en opinión de la baronesa, comporta ese embarazo?
Muchos años después, cuando doña Eulalia se encuentre ya en su lecho mortuorio y esté a punto de entregar su alma a Dios, Marina querrá saber qué sucedió con su hijo, que le fue arrebatado desde el mismo instante del nacimiento. Y escuchará de labios de su madre una verdad que la estremece.
Novela de aroma galdosiano (imposible no recordar a doña Perfecta), El secreto de la baronesa se ofrece como una narración atractiva, en la que la intensidad del enigma se va dilatando de forma bien pautada y en la que el final conmociona al lector con su sorpresa. Otra muestra del oficio de Blasco Ibáñez, siempre eficaz en sus novelas cortas.

1 comentario:

La Pelipequirroja del Gato Trotero dijo...

¡Es una de mis elecciones para un Reto de Clásicos! Ya te dije en una ocasión lo mucho que me gusta la vida y obra de Don Vicent 🥰😅💋