sábado, 25 de enero de 2020

Mis paraísos artificiales




Se repite más que la cebolla, inútil sería negarlo, en algunas páginas (la descripción de su pelo, la lírica exaltación de su biblioteca, etc), pero me da por entero igual. El cabrón éste escribe como le sale de los cojones, y no hay quien le eche la pata en cuanto a calidad, ternura y preciosismo. Estoy hablando, como es lógico, de Francisco Umbral, de quien acabo de releer Mis paraísos artificiales (Argos, Barcelona, 1976). No me canso de acudir a sus obras.
Lo único discutible del tomo, tampoco lo voy a ocultar, son las poesías que incluye en él: no lo quiso el cielo para rimador, y lo dejó en poeta. Qué disparate de perfección, coño. En cada línea consigue alcanzar este hombre (por barrunto intuitivo) el adjetivo esencial, el ritmo mágico e insustituible, la prestancia sólida del verbo, la fluidez del alma hecha palabras. Te puedes morir después de leerlo, porque ya está dicho todo cuando acaba. Cervantes y Quevedo (el primero, por la prosa; el segundo, por la poesía implícita) estarían muy orgullosos de su descendiente.
No me resisto a copiar algunas de las frases que, sonriente o serio, he subrayado en el tomo: “Las mujeres quedan mejor descalzas. Más líricas. Un señor descalzo siempre queda un poco tío guarro”. “Ya que la literatura no da para ponerse las botas, al menos hay que morir con ellas puestas”. “La vejez es la chapuza final que la vida hace sobre todos sus bocetos anteriores”. “El título es medio libro. Escribimos casi siempre para llenar un título”. “La juventud es tan independiente y tan díscola que está llena de influencias”. “Para crear, es más fértil la memoria que la fantasía”. “Estamos con la cabeza en el futuro y con el corazón en el pasado”. “No se muere de una vez, sino que se va muriendo por edades, y llega una edad en que uno es un cónclave de difuntos”. “Más que los amigos importantes buscamos ya la importancia de los amigos”.

1 comentario:

La Pelipequirroja del Gato Trotero dijo...

Ya te he comentado alguna vez que lo mío con Umbral es un amor odio muy extraño, no mucho amor y bastante odio, o más bien enojo, no sé si me explico 😅 aunque cuando me gustan sus sentencias, me gustan mucho.

Besos 💋💋💋