He
leído poco, pero siempre con mucho agrado, a Marina Mayoral; así que era
cuestión de tiempo que decidiera abordar otra de sus obras. Y lo he hecho con Querida
amiga, una fascinante colección de relatos epistolares que publica el sello
Alfaguara, traducidos del gallego por la propia escritora lucense. Como no
podía ser menos, el resultado ha sido magnífico: una absorbente mezcla de prosa
elegante, amenidad, buen humor, reflexiones notables sobre el alma humana y
ciertos hilvanes que, de forma graciosa y hábil, unen algunos relatos entre sí.
Con
un espléndido buen pulso narrativo, nos relata la historia de una montañesa
guapetona que, pese a estar ennoviada con el hijo del capador, acaba casándose
con un sargento de la guardia civil, sin que ese vínculo matrimonial ni los
hijos derivados de él hayan logrado hacerle olvidar del todo a ese primer amor,
que se grabó en lo más hondo de su pecho (historia que, de forma tan noble como
respetuosa, completa el propio sargento, cuando le escribe a la autora para que
tenga conocimiento de las dos versiones del relato, no solamente la de su
mujer); y nos cuenta también el fascinante viaje temporal que experimentan dos
jóvenes investigadoras que, mediante un experimento científico, terminan por
regresar al año 1614, en el que conocen a Lope de Vega; o las zozobras que
embargan a una narradora que, después de llevar a la práctica una idea
estúpida, pierde la amistad de su mejor amiga; o la asombrosa convicción que
atesora un doctorando acerca de la condición criminal de Fernán Caballero, a la
que estima asesina de sus esposos, de forma consecutiva y secreta; o el amargo
desequilibrio mental que aqueja a un conductor de autobús cuando, consciente de
las desigualdades sociales que burbujean
en el mundo, adopta una decisión cruenta y aparatosa.
Pero
no se preocupen: de ninguno de los relatos les he contado “lo mejor”, esa
sorpresa llena de magia que todos contienen y que los vuelve inolvidables.
Espero que los disfruten.
1 comentario:
Excelente y promisoria reseña.
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