La profesora
Aurora Gil Bohórquez, siempre tan atenta a todos los detalles del mundo de la
enseñanza, nos plantea en este volumen, encabezado con un prólogo de Mariano
Caballero Carpena, temas tan interesantes y tan controvertidos como la
necesidad de plantear una política inteligente y razonada de itinerarios en el
mundo escolar (“¿Todos iguales?”); o razona sobre la conveniencia de que los
centros reinstauren la norma de que todos los alumnos vistan con uniforme, lo
cual equipararía muchos más a los estudiantes, por encima de marcas, modas,
caprichos, capacidad económica de los progenitores o gustos personales, a veces
discutibles (“Uniformes”); o se detiene a analizar la influencia que pueda
tener la televisión sobre ciertos comportamientos soeces de los alumnos, como
la moda de enseñar el culo a las primeras de cambio, como forma de burla o de
gran alegría (“Hacer un calvo”); o analiza el doble absurdo de las chicas
modernas a ultranza y las chicas ñoñas de antaño, ambas representantes de
modelos equivocados y alienantes, y ambas condenadas al fracaso personal
(“Entre la Juani y la Laura”); o reflexiona, dolida,
contundente, lúcida, sobre el papel cada vez menos reconocido de los profesores
en la sociedad actual, que cree compensarlos de todos los escarnios y todas las
vejaciones que sufren con la golosina de los dos meses de vacaciones (“Ser
profesor”); o indica posibles innovaciones europeas que sería bueno incorporar
al sistema de enseñanza español, anticuado y casi obsoleto (“Cañones en las
aulas”); o explica las bondades que podrían derivarse de una biblioteca escolar
que estuviese bien dotada, y administrada con mimo e inteligencia; o de la
sanísima costumbre (que la autora aboga por recuperar) de leer en el aula,
apoyada por las iniciativas más variopintas: establecer un horario de lectura
en la biblioteca o llevar a escritores para que lean cosas a los alumnos; o
reflexiona sensatamente sobre el desbordamiento marketiniano de los libros de
Harry Potter, tan millonarios en ventas como inútiles para crear lectores
continuos (“Mientras llega Harry”); o se manifiesta con nitidez por la
necesidad de un criterio correctivo que permita mejorar la expresión escrita de
los alumnos, lejos de bobadas pseudoprogres (“Ortografía”); o reivindica la
imperiosa necesidad de que los profesores sean ayudados en su tarea de
reciclaje tecnológico, para que la mejora de la calidad de enseñanza sea un
hecho tangible, y no un puro deseo (“Un anunciado fracaso escolar”); o se
detiene a lanzar su crítica a las modas indumentarias execrables, que infaman
el aspecto de las clases (“El bañador en las aulas”); o se alarma por el
revanchismo ideológico que aqueja a los políticos, más preocupados de eliminar
lo que hizo el anterior en materia educativa que por buscar soluciones eficaces
para el caos que encuentran (“Con la educación seguimos topando”); o constata
cómo los primores de la caligrafía han sido sustituidos por un caos ágrafo de
creciente horripilancia (“Letra de médico”); o, en fin, ironiza cachazudamente
sobre los antropónimos modernos, influidos por la moda, el cine y la televisión
(“Todos quieren a Jessica”).
Como
podrá observarse, he realizado una larga y proteica enumeración, pero puedo
asegurar que no agota ni de lejos los abundantes caudales y las abundantes
sugerencias que este libro nos arroja a todos, profesores, padres y alumnos,
para que reflexionemos sobre el estado preocupante de nuestro sistema
educativo. Con un lenguaje diáfano y con un profundo conocimiento del tema, la
profesora Aurora Gil Bohórquez nos ofrece un análisis tan digno de elogio como
de obligada lectura.
1 comentario:
Me parece admirable de verdad... Aunque yo estudié educación Especial primero, Infantil después, no fue por vocación, fue por obligación, porque para nada iban mis aspiraciones por esos derroteros, puede que por eso no disfruté nunca la enseñanza o muy pocas veces, los niños se convirtieron para mí en un agobio y en un estrés continuo, por eso hace años lo dejé; admiro tanto a los profesores y maestros que no tiran la toalla...
Besitos 💋💋💋
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