Me
acerco hasta las páginas poéticas que Mario Orlando Hardy Hamlet Brenno
Benedetti Farrugia escribió con veintiocho años, con veintinueve años, y que
reunió en el pequeño volumen Solo mientras tanto. Atreverse a decir que
aquí ya está la voz dura y sólida del uruguayo Mario Benedetti sería mentir:
falta el poso de la madurez. Pero sí que adivinamos, aquí y allá,
adjetivaciones poderosas, ráfagas de luz que lo insinúan, aciertos de sencillez
inimitable (“Ahora en cambio estoy un poco solo, / de veras un poco solo y
solo”), pareados que detienen la saliva en la garganta (“Ahora no es, no puede
ser la muerte. / Abro los ojos para convencerme”), líneas que te dejan pensando
(“Estoy solo con mi infancia de alertas”).
Creo que voy a seguir la exploración por los libros de Mario Benedetti en orden cronológico. Intuyo que va a gustarme la experiencia.

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