viernes, 28 de febrero de 2025

El comando Gorki

 


En 1923, una fuerte explosión conmocionó una zona aislada de Siberia, pero los escasos testigos de aquella catástrofe desaparecieron convenientemente después de que el presidente Stalin decidiera encargarse del asunto. Diecisiete años después, un extraño colegio que lleva el nombre de Gorki y que acoge a una veintena de alumnos superdotados (quienes están siendo educados para convertirse en la élite de la ciencia soviética), amanece a 33 grados bajo cero en una situación inquietante: todos los adultos responsables del mismo (conserjes, profesores) han desaparecido de forma misteriosa. Y los chicos tienen que tomar el control.

De esa manera tan seductora comienza El comando Gorki, la novela que Edebé publicó a Fernando Lalana en 2016. En ella volvemos a encontrarnos con la eficaz escritura del autor zaragozano, que en esta ocasión nos traslada a ambientes de oscuridad y nieve perpetuas (no se pierdan el modo en que describe los paisajes), donde las sorpresas se van acumulando constantemente: un colegio donde se ha producido una explosión que ha destrozado los cristales y ha hecho desaparecer a los ocupantes; una sección del ejército que ha recibido instrucciones para personarse allí y poner orden en la situación, bajo las órdenes del coronel Lev Selgon; la entrada en Leningrado, pese al cerco al que la tiene sometida el ejército nazi (ayudado por la División Azul franquista); y, sobre todo, un misterio que los chicos descubren en el sótano acorazado del colegio y del que, perdonen, no les puedo decir nada, porque afecta a la médula de la historia.

Consejo uno: no se pierdan la descripción de cómo los chicos logran sobrevivir en Leningrado (y la presencia del francotirador Víktor Korda). Asombra la precisión y la plasticidad con las que Lalana nos invita a pasearnos por la ciudad, llena de escombros, cadáveres y supervivientes al borde de la inanición.

Consejo dos: no se pierdan la persecución aérea de los capítulos finales, llena de adrenalina y disparos certeros: se sentirán como si la estuvieran contemplando en la butaca de un cine.

Consejo tres: no se pierdan esta novela.

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