martes, 12 de agosto de 2025

Tazas de caldo

 


Me acerco con curiosidad hasta Tazas de caldo, espacio narrativo donde Vicente Verdú recopila una serie de píldoras verbales en las que reflexiona de forma conceptista sobre la soledad, el amor, la muerte, el sexo, el sentido de la existencia, la amistad o la creación artística. Frente a ese conjunto, como frente a todos los de su especie, hay que elegir dos formas de lectura: la primera, que no me parece muy recomendable, consiste en recorrerlo de un tirón, como si nos faltase tiempo o quisiéramos absorber con demasiada avaricia sus enseñanzas; la segunda, quizá más sensata, se fundamenta en la paciencia sedimentaria: léanse unas páginas, ciérrese el libro y medítense sus aportaciones (lo ideal sería fijar una pausa tras cada aforismo). Como es lógico, se puede estar más o menos de acuerdo con esta o aquella afirmación; se podrá juzgar más o menos brillante esta o aquella línea; se podrá tildar de banalidad o de genialidad esta o aquella entrada. Pero del libro se sale con la sensación de haber asistido a un alto festival de la inteligencia, a un valioso vademécum de ideas, que nos hace felices haber recorrido.

Por si les sirve, anotaré aquí las palabras que yo he subrayado en mi ejemplar. No se trata de un “resumen” (este tipo de obras no lo admiten), sino de mi particular selección. Quizá les sirva.

“Por lo general, estamos tan distraídos con nosotros que nos perdemos el mismo mundo”. “La mnemotecnia ayuda a recordar, pero ¿cómo ayudarse para olvidar?”. “La gran ventaja de tener dinero consiste en olvidarse de él”. “La imperfección asumida se aproxima a la perfección”. “Cada pareja es un paraje”.  “Todos nos soportamos recíprocamente. De otro modo sería imposible vivir”. “Nos arrepentimos de haber hablado de más. Nos felicitamos por nuestro silencio”. “Contemplamos el amor y nos sentimos dioses. El mar nos mira, en cambio, despectivamente”. “Si un artista se estanca en su creación, en ese estanque se ahoga”. “Puesto que nadie sabe realmente quién es, resulta demasiado inútil preocuparse de uno mismo”. “La vida es tan rica que le es indiferente si estamos en ella o no”. “Despreciarse es una manera astuta de hacerse querer”.  “No esperar nada de nadie es la manera de alcanzar la calma”. “No se debe hablar cuando el otro relata sus penas. El silencio del que escucha conlleva hospedaje. El corazón donde hay una cama más”. “Aquellas cosas que se nos olvidan, ¿adónde van?”. “El día que despertemos sin esta fronda política habrá nacido otro mundo”. “Es fácil hacer el amor, lo difícil es condimentarlo”.

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