En el año
2000, la dramaturga Diana de Paco mereció el título de finalista en el premio
Calderón de la Barca con Polifonía,
una obra en la que cuatro mujeres de la mitología griega (Penélope, Medea,
Fedra y Clitemnestra), cada una con sus torturas y demonios personales, se
encuentran reunidas en una habitación (que a veces es llamada “cárcel” y a
veces “muerte”). Cada una de ellas, usando sutiles mecanismos psicológicos,
intenta descifrar el misterio de las otras; descubrir por qué se encuentran
allí. “Todas queremos saber lo que les ha ocurrido a las demás, pero ninguna
quiere que se conozca su tragedia” (p.106b).
Sabemos
que Fedra ha sido enérgicamente desamada por Hipólito (hijo de su esposo
Teseo); sabemos que Medea ha administrado la muerte a los hijos que ha tenido
con Jasón; sabemos que Clitemnestra vengó a Ifigenia acabando con la vida de su
esposo Agamenón, a quien acusaba de pasividad en la muerte de la hija común…
Pero, ¿qué ocurre con Penélope? ¿Qué secreto se oculta tras sus pupilas, para compartir
infierno con estas mujeres terribles; ella, la dulce, la paciente esposa? En un
momento de debilidad, ésta reconoce: “Yo no deseo que Ulises vuelva” (p.115a).
Y las demás, formando un tribunal eficacísimo, consiguen cercarla y rendirla
hasta que la tejedora abre los labios y deja escapar su secreto.
Experta
en el mundo mitológico griego y experta en la construcción de estructuras
dramáticas de primera magnitud, Diana de Paco consigue aquí una pieza de enorme
interés para el lector, consiguiendo que horade en su corazón y se quede en su
memoria.
1 comentario:
Soy una gran admiradora de la obra Medea y es más, el personaje en si lo he utilizado no solo para trabajos de clase, sino para relatos y una novela. Funda de los primeros personajes en escena 😌🤗💋
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