martes, 12 de febrero de 2019

El juramento de los Centenera




Que una novela juvenil esté basada en hechos reales le añade, reconozcámoslo, un añadido de intriga y de curiosidad muy elevado. Así ocurre con El juramento de los Centenera, la espléndida narración con la que Lydia Carreras de Sosa obtuvo hace unos años el premio Alandar, de la editorial Edelvives.
La novela nos habla de un grupo de hermanos que, tras haber perdido a sus padres, deciden poner rumbo al continente americano para construir allí sus nuevas vidas, llenos de ilusión y de proyectos. Una de las hermanas se queda en España, casada con un usurero que le garantiza la supervivencia; y los demás parten llevándose a María, la pequeña, a la que le falta un dedo y que adolece de un notorio retraso mental. Los mimos que le prodigan y las atenciones que a su alrededor se tejen los mantienen unidos como bloque familiar. Hasta aquí, la acción es cautivadora. Pero lo más inquietante llega después: cuando el barco se encuentra a punto de tocar puerto, tras una travesía muy prolongada y llena de zozobras emocionales, descubren algo que los destroza y que los conduce al reino del horror: la pequeña María no aparece por sitio alguno. ¿Se ha caído al mar? ¿Alguien la ha secuestrado? ¿Se ha perdido en algún sótano?
Los hermanos, después de una búsqueda inútil que se prolonga durante dos días, bajan a tierra y se comprometen bajo juramento a no volver a mencionar el tema de la hermana, pase lo que pase. Obviamente, no va a resultar tan sencillo: Josep (que es el narrador de esta obra) experimenta una profunda desazón por haber actuado así, y cuando ya han pasado muchos meses termina contándole los detalles de la pérdida a una criada con la que traba cierta amistad. Ésta se lo dice a su vez a su señor (amigo del juez Valero)… y comienza la investigación.
Decir cómo se desarrolla la misma es bastante fácil: a base de entrevistas con antiguos viajeros, que van revelando pequeños trocitos de la verdad. Pero decir cómo termina, y qué encuentran al final de la trama, sería una grosería lamentable, que no pienso cometer. Lydia Contreras de Sosa consigue una pieza espléndida, en la que el lenguaje, la fluidez de la narración, la finura de sus aproximaciones al mundo interno de los protagonistas y una acertada dosis de intriga se amalgaman para conformar una novela seductora.

1 comentario:

La Pelipequirroja del Gato Trotero dijo...

Desde la línea uno ya me habías convencido pero me he dejado seducir por tus impresiones...que hoy me sobra tiempo 😁

Besitos 💋💋💋