Cuando yo
tenía unos diez años, leía con pasión los libros de Enid Blyton, donde Los
Cinco, las mellizas de Santa Clara o los Siete Secretos me llenaban la cabeza
de fantasía y de aventuras. Ahora, cuatro décadas después, recupero parte de
esas sensaciones con la lectura de El
bosque encantado, una obra que traduce Víctor Aldea, ilustra Delfina Palma
y publica bellísimamente la editorial Destino.
Sus
protagonistas son tres chicos llamados Joe, Beth y Frannie, que se van al campo
a vivir y encuentran un bosque poblado de seres fantásticos, como el hada
Seditas, la señora Lavamucho, Cara de Luna o el señor Comosellame. También se
encontrarán con elementos mágicos, que los llenarán de asombro, como ese árbol
en cuya copa, cada día, hay un país distinto: el país de los juguetes, el país
de la noria, el país del Tembleque, el país de Toma lo que quieras y muchos
más. Todo un universo de imaginación, luz, creatividad y buenas vibraciones que
provoca que sus jóvenes lectores recorran las líneas de este tomo con una
sonrisa perenne en los labios.
Enid
Blyton es un valor seguro para esos niños y niñas que comienzan a abrirse al
mundo de los libros. Su sentido de la aventura, del compañerismo, del lenguaje,
del color, de la sonrisa y de la ilusión no caduca con el paso del tiempo, sino
que se aquilata y amplía. Aprovechando que se cumplen cinco décadas de su
muerte (falleció aquejada de alzheimer en 1968) disponemos de una maravillosa
posibilidad para que la llama de sus obras siga encendida en muchos corazones.
2 comentarios:
Como se nota que somos de la misma generación, leíamos los mismos libros...nuestros gustos nos delatan, al menos en la edad, jajaja.
Besitos.
Me parece maravillosa.
Buscaré el libro.
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