Me leo en
un par de días los relatos que Benjamín Prado reunió bajo el título de Qué escondes en la mano y me han
parecido bastante interesantes. A ver, seamos tan respetuosos como claros: no
es Borges, no es Cortázar, no es Muñoz Molina; pero sus propuestas narrativas
mezclan una formulación literaria digna (a veces, brillante) con unos
argumentos bien trenzados, y esta combinación es mucho más satisfactoria de la
que ofrecen por lo general otros autores.
Nos
hablará de un hombre obsesionado con la albura inmaculada de su chaqueta, que
desea preservarla de cualquier mancha por motivos de negocios (“El traje
blanco”); una chica con un notable currículum académico, que repasa sus páginas
mientras se dirige hacia una entrevista de trabajo (“El viaje”); la persecución
que emprende un hombre para conseguir acostarse con una mujer (“Siga a ese
coche”); las asombrosas mutaciones que experimenta la vida de Zoila, una formal
administrativa, cuando sufre una herida que la obliga a aceptar una baja
laboral (“¿Qué escondes en la mano?”); el asombro que aturdirá a un niño rico a
partir del momento en que, por juego y por curiosidad, haga un pacto con un
niño pobre al que conoce casualmente (“La sangre nunca dice la verdad”); etc.
Siguen
gustándome más (mucho más) los espléndidos poemas que ha compuesto Benjamín
Prado durante los últimos años, pero tampoco me importaría repetir con otro
volumen narrativo suyo.
1 comentario:
A mí me encantan los relatos y también me encantan los poemas 😉al autor habrá que darle una oportunidad.
Besos 💋💋💋
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