Fue (él
mismo popularizó la frase) “poeta a rachas”, pero las ocasiones en que dio sus
versos a la imprenta pueden señalarse como hermosos hitos en la lírica del 27.
No es el mejor poeta de su promoción (sería absurdo sostener tal extremo),
aunque sí un acertado orfebre guadiánico.
En Oscura noticia, publicado originalmente
en 1944, nos encontramos con unos versos de arte mayor que circulan por varios
caminos: el amor extasiado a la mujer (“Yo no sé si eres muerte o si eres vida,
/ si toco rosa en ti, si toco estrella, / si llamo a Dios o a ti cuando te
llamo”), la ternura ante la fragilidad inocente de los seres que empiezan a
vivir (“Sonrisillas de Dios, niños dormidos”), la reflexión ante su propio
cuerpo (el soneto “Manos” es simplemente magnífico), los hondos homenajes
literarios (el que dedica a Miguel de Unamuno es hermoso, pero el que tributa
“a un poeta muerto” innominado provoca escalofríos), etc. Leer el texto “La
fuente grande o de las lágrimas”, dedicado a la memoria de Federico García
Lorca, supone un estremecimiento, que se repite en cada relectura.
Dámaso
Alonso, hablándonos de su amor por la mujer, de su miopía, de su idea de Dios,
de los paisajes que le gusta contemplar o de la muerte que vislumbra a lo
lejos, nos traza aquí, casi secretamente, un autorretrato púdico que conviene
paladear con la lentitud con la que bebemos un licor macerado.
1 comentario:
Poetaxa rachas, como le entiendo, yo me siento escritora a intervalos 🙄
Besitos 💋💋💋
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