El viejo
Hant’a trabaja desde hace treinta y cinco años prensando papel viejo en un
local donde no goza de más compañía que moscas y ratones (y alguna visita
esporádica humana, que apenas perturba su soledad). En ese espacio insalubre y
subterráneo ha ido adquiriendo una buena cultura, porque abre y lee muchos de los
libros que le toca destruir. Los roedores que pululan bajo los millares de
hojas “se alimentan de letras, preferentemente de Goethe y de Schiller” (p.19);
y él, fruto de sus abundantes ingestas de cerveza, del silencio que lo rodea y
de su falta de compañeros, tiene visiones en las que cree contemplar a Jesús y
Lao-Tse, sobre los que elabora juicios realmente interesantes (“Jesús es un
romántico, Lao-Tse un clásico, Jesús la marea alta, Lao-Tse la marea baja,
Jesús la primavera, Lao-Tse el invierno, Jesús el amor contundente al prójimo,
Lao-Tse el súmmum del vacío, Jesús es el progressus
ad futurum, Lao-Tse el regressus ad
originem”, pp.44-45).
Estoy
refiriéndome hoy a la bella y triste novela Una
soledad muy ruidosa, que escribió Bohumil Hrabal, tradujo Monika Zgustova y
publicó Galaxia Gutenberg en el año 2015. Un ejemplo perfecto de narración que
construye una atmósfera inconfundible, dibuja entre sus nieblas a un
protagonista inolvidable y, luego, nos regala su desasosiego. Difícilmente
podría resumirse el contenido de esta obra, así que ni siquiera lo voy a
intentar: la gitana a quien Hant’a amó en el pasado y cuyo nombre no consigue
recordar; la vieja máquina que querría llevarse a su casa tras la jubilación;
los desdenes de su jefe, que lo considera un vago y un borrachín; las calles y
cervecerías de una ciudad oscura y polvorienta, que parece instalada en el
mundo del sueño… Todo, absolutamente todo se reviste en estas páginas de un aroma
extraño, a mitad de camino entre lo repelente y lo seductor, que atrapa el
interés y no te deja abandonar el relato.
Qué
maravilla de escritor, Bohumil Hrabal. Inmenso.
1 comentario:
Libros a montones aunque sea para destruir. Me gustó mucho este libro. La historia es curiosa y lo que cuenta es poco habitual, también como lo cuenta. Saludos.
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