En
el mundo de la literatura, si no dispones del don no es previsible que
dejes huella. Puedes rimar con tino o ser un excelente medidor de sílabas, pero
no eres poeta. Puedes disponer de un ingente vocabulario o ser un soberbio
escultor de caracteres, pero no eres narrador. Hablamos de otra cosa: del duende,
de la magia, del esplendor, del (vuelvo a escribirlo) don. Stefan Zweig
disponía, creo, de ese atributo inasible, especial, único. Y lo demuestra en
todos sus libros, haciendo que las palabras, la sintaxis y la estructura del
texto se alíen para conformar volúmenes que, pareciendo paralelepípedos, son en
realidad esferas: puras superficies inmaculadas, que brillan como gotas de
rocío y se deslizan como seda por nuestros ojos, hasta invadirnos y empaparnos.
En
Nuevos momentos estelares de la Humanidad (que traduce Alfredo Cahn para
la colección Austral de Espasa-Calpe) nos encontramos otra vez con ese fulgor
indesmayable, que irradia desde las cinco historias del tomo: vemos a Händel,
atosigado por las deudas y malherido por las secuelas de una apoplejía, quien
durante tres semanas prodigiosas compone El Mesías; vemos a Rouget de
Lisle, el oscuro militar francés al que, por una noche (la que emplea en
concebir La marsellesa), le es concedido “ser hermano de la
inmortalidad”; vemos a Núñez de Balboa, quien se embarca en expediciones
legendarias y casi suicidas, tras las cuales descubre para Europa el océano
Pacífico; vemos a Mahomet II, disfrazado de cordero (“Cuando los déspotas
preparan una guerra, hablan abundantemente de paz mientras no se han armado del
todo”) y preparando la brutal toma y saqueo de Bizancio; vemos a Cyrus W.
Field, el intrépido visionario que tuvo la idea de cablear el fondo del
Atlántico para comunicar telegráficamente América con el Viejo Continente.
Y esas cinco narraciones, que en otras manos hubieran ofrecido un aspecto simplemente informativo, en Zweig se transforman en canto europeo, en himno sobre las proezas humanas, en Belleza. Sin duda, uno de los narradores más brillantes que ha dado la literatura en el siglo XX.
No hay comentarios:
Publicar un comentario