Empiezo a visitar los libros finalistas y ganadores del premio
Setenil que aún no había tenido la oportunidad de leer. Y no he podido empezar
con mejor fortuna, porque El sistema
métrico del alma, de Fernando Villamía, es sin duda un volumen excelente.
Su formulación literaria es desde luego magnífica; pero,
además, los temas que plantea a los lectores son de una poliédrica diversidad,
que nos conduce por los mundos del amor, la intriga, el misterio o la magia,
por citar los más notables. La persona que abre sus páginas es invitada a
conocer la historia sentimental que unió al científico Alfred Nobel y su
secretaria Bertha von Suttner (la cual terminaría recibiendo el premio Nobel de
la Paz); o las conexiones que vinculan al contrahecho Jakob Talhammer con los
límites de la música; o el raro desasosiego producido por una cámara de fotos
que ocasiona la muerte del ser vivo retratado con ella; o la iniciación sexual
que protagoniza, con una joven prostituta de Monrovia, un chico enrolado en un
barco mercante; o esa fascinante fantasía borgiana que lleva por título “El
idioma de Dios”.
El vitoriano Fernando Villamía reúne, en este volumen que publica el sello Trea, un total de quince relatos que fueron aplaudidos en certámenes de toda España, en los cuales imaginación, elegancia, musicalidad y buen pulso narrador se dan la mano y deparan una experiencia absorbente. Sería extraño que alguien entrase en el tomo sin sentir una auténtica conmoción literaria.
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