Vuelvo
hoy a las páginas del lusitano Miguel Torga. En concreto, al volumen que lleva
por título Rúa, que traduce Eloísa
Álvarez para el sello Alfaguara. Es una hermosa (pero quizá algo desigual)
colección de relatos de melancólico atractivo, como diapositivas tristes que se
fuesen desarrollando ante nuestros ojos.
Textos
como “Una lucha”, “Vuélvase ya” o “El señor Estrela y su mujer” se me antojan
cuentos malogrados, donde Torga no ha sabido perfilar sus historias de un modo
completamente atractivo. Les falta algo, un brillo, un enfoque, unas pinceladas
más. En cambio, me han dejado mucho más feliz “La carta” (donde un cartero
compasivo se apiada de una chica moribunda que padece mal de amores), “Dolor”
(el delincuente que expía junto a su esposa las culpas del pasado, sin
confesarle que tuvo una hija –a la que añora hasta la muerte– en el extranjero)
y algunos más, de parecida brillantez.
Una frase
para enmarcar, contenida en el tomo: “La vida es así, va mintiendo, mintiendo,
y cuando ya no podemos más, pone sus cartas boca arriba”.
1 comentario:
Un amigo portugués solía decirme:
histórias da rua, boas histórias 😉
Me lo llevo.
Besitos 💋💋💋
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