Encontrarse
con un libro que esté muy bien escrito no es demasiado complejo. Tampoco lo es
descubrir una obra que sea inteligente y profunda. Pero detectar un tomo donde
se conjunten armoniosamente ambas virtudes ya no es tarea tan sencilla. Hoy
traigo a esta página una propuesta de Pedro Ugarte que, en mi opinión,
pertenece a esa categoría de volúmenes exquisitos en fondo y forma: Lecturas pendientes, la obra con la que
el autor bilbaíno consiguió ser finalista en el premio internacional de ensayo
Jovellanos del año 2017 y que ahora publica con elegancia Ediciones Nobel.
En ella
nos encontramos con elogios inequívocos (define a Franz Kafka como “el mejor
escritor de todos los tiempos”), con observaciones menos entusiastas (de Jon
Juaristi lamenta su evolución “del timbre doliente y majestuoso al ripio
lamentable”), con reflexiones sobre la modestia de los escritores (“nada más
artificioso, ni menos natural”) o con ironías sobre los vínculos de algunos de
ellos con las redes sociales (“no hablan más que de sus libros, de la buena
marcha de sus libros, escritores que no tienen opiniones sobre absolutamente
nada y cuya única tarea es vender libros, libros y más libros”).
Pero en
este volumen no sólo hay, pese a lo que pueda deducirse del título, notas sobre
literatura, sino también confesionales personales (el autor se declara liberal
y católico, con tanta naturalidad como nitidez), juicios sobre el capitalismo
(“la máquina más asombrosa de provisión de bienes y servicios que ha creado la
humanidad”), humoradas más serias de lo que parece (“Muchas cosas cambian
cuando envejeces: por ejemplo, el modo de no mirarme que tenían antes las
mujeres es totalmente distinto al modo de no mirarme que tienen ahora”), análisis
políticos (“Para saber la verdadera opinión que cualquier persona tiene sobre
el pueblo no hay que preguntarle nada: espera a que su partido pierda unas
elecciones y siéntate a escuchar”) o análisis lúcidos sobre el mundo que nos
rodea (“Hoy la masiva información se disfraza de cultura, la mala educación se
disfraza de sinceridad”).
En suma, un volumen
inteligente, polémico, sagaz y lleno de esa sabiduría que los años y los
libros, uniéndose, depositan en el alma de algunas personas.
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