Un gran salto hacia atrás en el tiempo, para leer la novelita El caballero del león, de Chrétien de
Troyes, que vierte al castellano la traductora Isabel de Riquer (Alianza
Editorial, Madrid, 1995). La pieza tiene todo el encanto de los relatos de
aventuras, con un héroe legendario llamado Yvain que, bien respaldado por un
león agradecido (reminiscencias de Androcles), atraviesa las provincias del
reino cosechando triunfos, matando gigantes, penetrando en castillos
tenebrosos, haciéndose invisible con un anillo mágico, casándose con Laudine,
volviéndose loco, luchando contra su mejor amigo y, al fin, logrando la
reconciliación con su esposa e ingresando en la muelle estabilidad conyugal.
Como resulta obvio, nos encontramos ante un cúmulo muy bien
surtido de entretenimientos, que consiguen que el lector quede prendado a sus
páginas y no desee sino más y más aventuras, a cada paso que avanza. Muy
agradable de leer, incluso después de tantos siglos.
Es ingenioso que defina el amor diciendo que es un golpe “más
duradero que el golpe de la lanza o de la espada porque el de la espada cura y
sana rápidamente cuando el médico lo cuida pero la herida del Amor empeora cuando
más cerca está de su médico”, y también es perspicaz que asegure que “reposando
nadie se hace famoso” o que “las palabras que no escucha el corazón se
olvidan”.
Una buena obra, sin duda.
1 comentario:
Me recuerda demasiado los años de instituto, en los que no sacas provecho prácticamente de nada y luego te queda un sabor amargo de las cosas 🙄 tendría que volver a leerlo.
Besitos 💋💋💋
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