Me da igual
(siempre me ha dado igual) la “Historia” oficial de la literatura. A mí los
escritores me gustan o no me gustan por sus obras, y no por las etiquetas que
les ponen los críticos, los profesores o las enciclopedias. Y el noruego Henrik
Ibsen es, desde que lo leí por vez primera, uno de mis dramaturgos favoritos.
Hoy vuelvo a una obra excepcional que leí hace treinta años y que me sigue
cortando la respiración: Un enemigo del
pueblo.
En ella nos
encontramos con un médico, el doctor Stockmann, que ha llevado a cabo un
descubrimiento terrible: que las aguas del balneario del pueblo están
contaminadas. Él opina que bastará con hacer público ese hecho (refrendado por
un laboratorio que ha efectuado pruebas) para que se le ponga solución por
parte de los dueños. Pero se encontrará con la oposición frontal de toda la
clase pudiente, incluido su hermano Pedro, que es el alcalde: no asumirán de
buen grado la altísima inversión que supone remodelar las instalaciones. Y como
el buen doctor es un hombre íntegro, que se niega a ocultar lo que sabe y que
no se aviene a una solución mentirosa, todos cargarán contra él: la prensa, los
plutócratas, el pueblo (al que han convencido de que el médico persigue la
ruina de su ciudad natal).
Golpeado por
el estupor, el doctor
comprende la podredumbre moral de la sociedad en la que vive: “Me asusta la
inmensa villanía de que han sido culpables las personas que ostentan el poder.
Las detesto; no puedo con ellas. Son como cabras a las que se dejara invadir un
jardín recién plantado. No hacen más que estropearlo todo. Un hombre libre no
puede adelantar nada sin chocar con ellas a cada paso”. El convencimiento de
que el pueblo está manipulado con habilidad le lleva a escupir frases como
ésta: “El enemigo más peligroso de la razón y de la libertad de nuestra
sociedad es el sufragio universal. El mal está en la maldita mayoría liberal
del sufragio, en esa masa amorfa”.
Stockmann se ha quedado solo, pero
no le importa. Obtendrá fuerzas de ese aislamiento. Al fin y al cabo, acaba de
descubrir que “el hombre más poderoso del mundo es el que está más solo”.
Una obra para leer y para pensar,
donde los fundamentos mismos de la sociedad y del espíritu humano son sometidos
a un análisis implacable.
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