Pedro Riera nos ofrece en estas páginas un relato
de iniciación, misterio y amor protagonizado por el Bichogordo, una criatura a
la que nadie ha visto con nitidez durante años, pero que preside la vida del
pequeño pueblo de Acedo de los Aguiluchos, cuna del prepotente millonario Simón
Rotundo, un auténtico líder del mundo de la publicidad. La leyenda del
Bichogordo arranca de treinta años antes, cuando dos niños fueron sorprendidos
en el bosque por una presencia sobrecogedora que rugía a su paso, pero que no
les atacó. Esta actitud, mezcla de amenaza y de ausencia de peligro, provocó
que se instaurara en el pueblo la ‘Noche del Bichogordo’, un ritual en el que
los niños se adentran en la espesura, con el corazón latiéndoles muy fuerte, a
la espera de la aparición del monstruo...
Pero este año va a ser diferente, porque está en el
pueblo Matías, el hijo de Simón Rotundo, un niño con una imaginación
portentosa... y con unas capacidades sorprendentes: por ejemplo, puede oír lo
que dicen los objetos y los animales. Así, durante la obra veremos cómo
conversa con servilleteros, moscardones, paredes, bonsáis, escalones, cerillas
o bolígrafos. Esto genera unas situaciones llenas de humor, muy refrescantes
para el desarrollo de la novela.
No obstante, la historia de Matías no es cómica. De
hecho, su padre, que intenta controlar su vida desde que se divorció de su
madre, se ha empeñado en que Matías ingrese en la Eximia Escuela de
Creativos Publicitarios, para hacer de él un hombre con un porvenir tan
brillante como el suyo. La estancia en Acedo de los Aguiluchos forma parte de
una estrategia de Simón para comprobar si el chico puede continuar viviendo con
su madre o debe matricularse en la escuela que él ha decretado. Únase a esa
situación la existencia de un primo de Matías que lo odia profundamente; un
antiguo futbolista de fama mundial que, tras retirarse del deporte, montó un
Zoológico Inteligente, con conejos que jugaban al ajedrez, caballos que sabían
sumar y otros prodigios; un conde llamado György, que viene al pueblo con la
intención de cargarse al Bichogordo para incorporarlo a su sala de trofeos; una
alcaldesa llamada Úrsula, que es capaz de manipular incluso al soberbio Simón
Rotundo; Asia, la pequeña prima de Matías, que lo recibe al principio con
hostilidad pero que finalmente acabará poniéndose de su lado, con tal de salvar
al Bichogordo... Y muchas más sorpresas y personajes llamativos, que el lector
irá descubriendo en la obra. ¿Una lectura para jóvenes? Indudablemente. Pero
también los adultos disfrutan con ella, por su combinación de sonrisas y drama.
Doy fe.
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