domingo, 1 de octubre de 2023

La muñeca rusa

 


Llega a mis manos, que lo abren con alegría, el nuevo trabajo de Fernando Lalana (La muñeca rusa), que la editorial Edebé acaba de publicar. En esta novela nos encontramos con Carmelo Fernández, un chico destinado a ganarse la vida como ayudante de fontanero y que, por diversas carambolas del destino, ha terminado por convertirse en un youtuber que ha triunfado con el nombre de Fibonacci y que dispone de ocho millones de seguidores. Ese chico, ataviado con su chándal identificativo, acude con su representante hasta el despacho de la abogada Lucrecia Bécquer para que ella lo defienda ante la denuncia que ha interpuesto contra él Saturio Cabrales, que se ha sentido ofendido porque en su libro La montaña rusa Fibonacci lo deja muy mal (se trata de una casualidad, porque el youtuber afirma no conocerlo). Pero el asunto es enredado, porque los detalles que se facilitan sobre Saturio en la novela son tan numerosos y sorprendentes que resulta punto menos que impensable admitir la inocencia del escritor. ¿Qué ha ocurrido en realidad? Para aportarnos más elementos de juicio, Lalana nos deja leer algunos capítulos de esa conflictiva narración, así como las pesquisas que ciertos personajes del mundo de la abogacía y del mundo detectivesco están desarrollando alrededor de Fibonacci, Saturio y otros protagonistas, con el fin de esclarecer los hechos.

El resultado es una narración con diversos planos y diversas perspectivas, que el escritor zaragozano resuelve con su habitual maestría, utilizando un dominio muy evidente del registro léxico (e incluso obligando a los futuros jóvenes lectores a que investiguen qué demonios son un fusil naranjero o la fila de los mancos de un cine) y espolvoreando la obra con deliciosas gotas de humor, que provocan la sonrisa, cuando no la carcajada.

No se priven de acudir a esta obra del maestro. Saldrán con ganas de aplaudir. Y quizá de recuperar otros títulos antiguos del autor. Yo voy a hacerlo.

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