Los
químicos lo llaman límite de saturación; los matemáticos aluden al punto
de inflexión; y los demás mortales, aunque quizá no le adhiramos ninguna
etiqueta especial, sabemos de sobra lo que es: ese instante en que ya no
podemos más; esa gotita que desborda nuestro vaso; esa palabra o acción que,
sumándose a las anteriores, nos provoca el llanto o nos quiebra. Nadie está a
salvo de ese tipo de asechanzas y maldades. Nadie (aunque cada persona disponga
de un nivel de resistencia propio) es inmune. Todos somos vulnerables. Como lo
es el joven Tomás Valverde, un chico gordito y torpe que recibe las burlas de
la mayoría de sus compañeros desde la infancia. Ese cerco, que en otros
provocaría tristeza o amargura, es recibido por él con sonrisas y tolerancia:
es un niño que tiende a la nobleza. Pero un día, por una serie de
circunstancias externas que descubrirán con asombro y escalofrío las personas
que lean estas páginas, Tomás (“Tomasón”) se convierte en objetivo de un enredo
cruel, que pronto adquiere dimensiones corales a través de Instagram, que lo
romperá en dos y lo impulsará a adentrarse por un camino en el que no parece
haber vuelta atrás. La desasosegante idea de que, una vez cruzada la línea de
la máxima humillación, todos ingresamos en un territorio desconocido de la
mente se erige en columna vertebral de esta intensa narración.
Pero
no todo el esplendor de este libro se condensa en su línea argumental: Luis
Leante, escritor musculoso, utiliza un procedimiento técnico muy elegante y muy
eficaz, con tres planos narratológicos perfectamente delimitados y
perfectamente manejados: unos monólogos declarativos en primera persona
(actualidad), unos diálogos entre los diferentes protagonistas (pasado) y una
voz externa que aúna y vertebra todo lo anterior (narrador). El resultado de
esa amalgama de tiempos y perspectivas es una pieza magistral, de tono impoluto
y altísimo vigor literario, con la cual el escritor caravaqueño ha obtenido por
tercera vez el premio Edebé, sedimentando así su posición en el actual Olimpo
de los narradores juveniles españoles.
El éxito está garantizado.
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