Jorge es
funcionario de la administración pública y acaba de ser padre de una niña
prematura, cuya crianza está resultando enormemente problemática. Jorge es
redactor de artículos de enciclopedia y, años después de su divorcio,
desaliñado y triste, se acerca hasta la feria para intentar ver a sus hijos, a
quienes duda que ya pueda reconocer. Jorge es el perplejo anfitrión en una cena
en la que escucha una delirante hipótesis sobre la construcción de las
pirámides de Egipto, que le lleva a intuir el lamentable futuro que espera a
sus hijos. Jorge es un economista que, incapacitado para conjuntar la ropa como
marcan los cánones, se ve sometido a los dispares criterios (igualmente
autoritarios y castradores) de su madre y de su prometida. Jorge es el hermano
de Alfonso, un alto funcionario que se mueve por la vida social con facilidad
acuosa. Jorge es el amigo de Antón, a quien no tendrá más remedio que hacerle
ver la horrible contundencia de su halitosis. Jorge es un anciano huraño e
irritable, que mantiene una extraña relación con su vecina Carlota.
Todos
esos Jorges (y otros personajes anexos) se integran en el magnífico libro de
relatos El mundo de los Cabezas Vacías,
que Pedro Ugarte publicó en 2011 con el sello Páginas de Espuma y donde nos
habla de seres tímidos, que se mueven por el mundo con estupor, amargura o
desaliento; de situaciones que, merced a la sutil mirada del autor, nos
trasladan una enseñanza o una metáfora; de paisajes que, conocidos, se revisten
de connotaciones nuevas. Y los lectores avanzamos por estos cuentos con
admirado deleite, porque las historias que en este tomo se reúnen, siendo
espléndidas por sus personajes y su temática, dejan en la mente, sobre todo, un
festín de literatura. Y ése es para mí, siempre, el mayor motivo de aplauso en
una obra. Pedro Ugarte despliega en todos sus libros un primoroso cuidado en el
tratamiento lingüístico. Y esa exquisitez suya, poliédrica pero jamás pedante,
es la que me cautiva: la manera en que consigue en todo momento la expresión
más aquilatada, más hermosa y más impactante.
Vive Dios
que tiene en mí a un lector rendido.
2 comentarios:
Pues conozco varias personas que viven en ese mundo, y algunos cuántos Jorges incluidos 😁 Si te has rendido ante el autor no me queda más que ir en son de paz a ver que me ofrece 💋
Agradecido por el comentario, y encantado de que La Pelipequirroja se aventure por esos jardines de palabras.
Un saludo.
Pedro
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