viernes, 11 de octubre de 2019

Preguntas con respuesta




¿Sabían ustedes que las personas de talla baja suelen vivir más tiempo que las altas? ¿Sabían que la poderosa multinacional “Danone” fue fundada por un emigrante español llamado Daniel Caraso, quien desembarcó en los Estados Unidos en 1942? ¿Les han informado de que los aviones supersónicos dañan gravemente la capa de ozono? ¿Sabían que se ha encontrado vino en ánforas tapadas con corcho y que, a pesar de los 1500 años transcurridos desde su envasado, éste sigue siendo potable? ¿Y acaso tenían ustedes noticia de que la célebre coca-cola tiene millares (sic) de componentes? ¿Y qué dirían si les comentase que algunos dinosaurios llegaron a padecer gota, según se deduce claramente de sus restos fósiles?
Pues muchísimas informaciones como éstas aparecen en el ameno volumen Preguntas con respuesta, de José Antonio Lozano Teruel, un divulgador impagable y atípico, que jamás ceja en su voluntad de expresarse en una lengua “comunicativa”, que utiliza preciosas y oportunas citas literarias (Cervantes, Proust, Swift, Vicente Medina) y que se esfuerza por ser ameno, incluso en los temas más áridos. Así, tras una exposición sobre telómeros, nos explica que los mayas tenían un calendario más exacto que el nuestro y que conocían con toda precisión la órbita de Venus; o tras explicar lo que es un reactor Tokamat nos refiere que Edgar Allan Poe no murió alcoholizado, sino posiblemente mordido por un perro rabioso; o tras contarnos con detalle médico algunas cuestiones relacionadas con la meningitis nos asevera que el corazón humano bombea diariamente once mil litros de sangre. No me dirán que no resultan atractivos todos estos datos.
Además, libros como éste nos entregan la auténtica faz de los investigadores científicos, personas cerebrales y laboriosas que se separan de los dos modelos estúpidos mayoritarios que nos ha vendido el cine: ni son perturbados mentales que fabrican armas bacteriológicas; ni son tampoco despistados botarates que caminan por ahí pensando en las musarañas. Son simplemente personas que trabajan muchísimo y que, como recompensa, ganan menos dinero que un futbolista de segunda fila y tienen menos popularidad que cualquier tonadillera. A veces, es necesario que se escriban libros como éste para que verdades tan palmarias salgan a la luz, y para que sintamos un pequeño rubor por nuestra ignorancia.

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