He aquí una de las mejores lecturas de estas últimas
semanas: El zorro, de D.H. Lawrence,
traducido por Verónica Fernández-Muro (Alianza Editorial, Madrid, 1986). Es la
historia de dos mujeres, March y Banford, que regentan una granja sin ningún
tipo de problemas hasta la llegada de un joven llamado Henry, que viene a
perturbarlas. Henry llega a confundirse (en la mente de March) con el zorro que
les está robando las gallinas. Es una especie de chirrido entre ellas. ¿Son
solamente amigas? ¿Quizá son amantes, sin que lo sepamos?
Henry mata astutamente al zorro que las perturba y
se declara a March. Banford explota entonces de despecho y de impotencia. March
le dice que sí y que no (alternativa y dubitativamente). Es la suya una
indecisión que D. H. Lawrence dibuja con sutileza. Henry (que se cree amo de
March) tala un árbol y al caer éste mata accidentalmente a Banford. Ahora, March
y él se casarán y pondrán irse a vivir lejos.
Una historia alucinante para organizar un coloquio
de psicología. O un seminario sobre los extraños pasadizos del cerebro y el
corazón de los seres humanos. Y estilísticamente me parece un prodigio. Una fabulosa
obra.
Dos frases extraídas de la obra: “El terrible error
de la felicidad”. “Arrancas una flor tras otra, pero ninguna de ellas es la flor”.
1 comentario:
¡Chico, qué barbaridad! Se masca la tragedia 😋
Venga, me lo llevo.
Besitos 💋💋💋
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