Este Diario de Lecumberri constituye, si no
me traiciona la memoria, mi primer acercamiento a la obra literaria de Álvaro
Mutis; y no me ha parecido (a pesar de su brevedad y del tinte coyuntural que
tiene su tema) desdeñable. Es un hábil prosista, un sensible narrador y un fino
psicólogo, que nos relata con humana firmeza su paso por la cárcel. Allí
conoció a contumaces drogadictos, avaros monumentales y viejos asesinos
educadísimos, como Rigoberto Vadillo (todo un carácter, ya lo creo que sí).
Y nos
transmite unas anécdotas tan macabros y sorprendentes como la que tiene como
protagonista al “Palitos”, un desdichado al que cuando muere en la prisión le
colocan en el tobillo una etiqueta insensible en la que puede leerse “Libre por
defunción”. No resulta claro que, después de relatarnos anécdotas como ésta y
otras de parecido calibre, el narrador se torne melancólico y susurre a los
oídos del lector: “Estas cosas no se olvidan, no son asunto de la memoria”.
Sí, es
evidente que repetiré con Álvaro Mutis. Se ha ganado el derecho a que lo vuelva
a visitar.
1 comentario:
Un nuevo autor al que parece que vale la pena conocer, y eso me gusta 😉
Besitos 💋💋💋
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