Como no
me gusta estar demasiado tiempo alejado de los buenos articulistas, me sumerjo
hoy en las páginas de Millones al horno,
un entretenido paseo por varios textos de Julio Camba, en el que brillan las
ingeniosidades y donde (ay) también grisean algunos ladrillos en exceso
coyunturales. (Es el gran peligro de quienes viven adheridos a la actualidad
periodística: que el tiempo, que diluye el fulgor de los temas, desgaste
también los escritos que han generado).
Aguda
forma de mirar las cosas sí que tenía Camba. Imposible negarlo. Y, desde luego,
muchísima retranca. Esas cualidades le permiten elaborar líneas de airosa
sociología hispana (“El español concibe mejor el palillo de dientes sin comida
que la comida sin palillo de dientes”), sentencias de filosofía cotidiana
(“Cuando uno piensa en su vida siempre se pone triste”), aforismos de marmórea
negatividad (“Triste o alegre, lo general es que la vida no tenga importancia
ninguna”), severas consideraciones sociales (“Donde no hay ley no hay
libertad”) e incluso simpáticas definiciones ante las que no sabemos si asentir
o sonreír o aplaudir (“La mentira no es, después de todo, más que una forma de
la aventura”).
Acudiré,
segurísimo, a otros libros de Julio Camba.
3 comentarios:
Pues bien venido a mi mundo literario, Camba, a ver si nos vamos conociendo 😉😘
Hola. tengo las obras completas, pero esta obra creo que no está en ellas, porque acaban en 1948 . ¿de qué época son los artículos?
Hola, Dunsany. Muchas gracias por tu comentario. La edición que yo tengo es la de Espasa-Calpe (Colección Austral, 1958). Creo que fue la primera edición. Esto explicaría que no figure en las Completas de la década anterior. Saludos cordiales.
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