jueves, 17 de octubre de 2019

Hermana muerte




Leo la obra Hermana muerte, de Justo Navarro (Alfaguara, 1990), que me ha dejado fascinado. Ya lo hizo su obra F., sobre la vida de Gabriel Ferrater, aquel hombre inteligente, enigmático, atormentado bebedor y dominador de varios idiomas. También esta segunda novela me encandila, sobre todo si atiendo al dibujo que me traslada del estremecedor chico protagonista, y evalúo de qué suave y sólida y creíble manera nos lo planta ante los ojos.
De su habilidad sin fisuras (repito: sin fisuras) se desprende que, en el retrato de sus personajes, Justo Navarro deje bastante territorio imaginativo al lector, para que participe en la construcción y entendimiento del protagonista, de su hermana o incluso del padre muerto. ¿Ha quedado nuestro chico trastornado por los dolores vegetales (y por la desaparición) de su progenitor? ¿Protege (de una manera equivocada) a su hermana? ¿Se protege tal vez a sí mismo? ¿Reconstruye la memoria de su padre a través de “los otros”?
Estamos ante un inquietante, poliédrico, profundo libro, que produce admiración literaria y desazón anímica.

1 comentario:

La Pelipequirroja del Gato Trotero dijo...

Me gusta eso de que deje territorio libre para la imaginación al lector, sobre todo con los personajes; no me gusta que me lo den todo masticado y me describan de arriba abajo cómo van vestidos en cada momento, como peinan, cómo se maquillan...

Me gusta.
Besitos 💋💋💋