domingo, 31 de marzo de 2019

Romeo y Julieta




Releo (por quinta vez) la tragedia Romeo y Julieta, de William Shakespeare, en la traducción de José María Valverde, y vuelvo a sentir que las líneas del Bardo me atraviesan y me impregnan. A la vez, me queda un poso melancólico, porque soy consciente de que no volveré a ella: a pesar de su bellísima factura, creo que cinco lecturas en treinta años es un homenaje más que suficiente. Me quedan tragedias y comedias de Shakespeare que he apurado con menos fruición y que esperan su turno.
Sigo encandilado (me ocurrió desde la primera lectura) con el príncipe Paris, “un caballero de noble familia, de buenas maneras, joven y bien educado, rebosante, como quien dice, de cualidades honorables, tan buena proporción como uno puede desear en un hombre” (acto III). Quizá resulte blasfemo afirmar que me parece más representativo del amor puro que el propio Romeo, a quien le cuesta un par de minutos desprenderse de la profunda pasión que sentía por Rosalina (“He olvidado ese nombre, y el dolor de ese nombre”, le espeta a fray Lorenzo al ser preguntado por la muchacha) y que apenas necesita otros dos para prendarse arrebatadamente de Julieta. Paris, en cambio, ofrece su corazón a la hija del Capuleto y se entrega emocionalmente a ella hasta el último de sus suspiros: es más fiel y más honesto.
Descubrimos en las páginas de esta obra lo que es el amor (“Es un humo que sale del vaho de los suspiros; al disiparse, un fuego que chispea en los ojos de los amantes; al ser sofocado, un mar nutrido por las lágrimas de los amantes, ¿qué más es? Una locura muy sensata, una hiel que ahoga, una dulzura que conserva” (acto I), lo inoportuna que puede llegar a ser la compasión (“La misericordia no hace más que asesinar al perdonar a los que matan”, acto III) y la ridiculez que puede observarse en un pedante (“Un caballero que gusta de oírse hablar y que habla en un minuto más de lo que escucha en un mes”, acto II).
Una vez más (y siempre), muchas gracias, Maestro.

1 comentario:

La Pelipequirroja del Gato Trotero dijo...

Debo ser de esas pocas personas a las que la historia de Romeo y Julieta la aburren soberanamente ¿Morir por amor? Anda ya 😅😅😅
Soy más de comedia a lo Sueño de una noche de verano.

Besitos 💋💋💋