martes, 5 de septiembre de 2023

Te espero ayer

 


Las hermanas María y Elena, ya casi ancianas, habitan en una vivienda del barrio de Salamanca y han decidido colocar en el periódico un anuncio donde ofrecen la posibilidad de alquilar una habitación a un caballero serio y formal. Su propósito último es conseguir que ese caballero se case con Mary, hija de María, a la cual quieren proteger de pretendientes indebidos. Tras rechazar a varios candidatos, terminan por elegir a Eduardo, un perito químico que anda buscando un sitio donde vivir. Este arranque es el que nos plantea Manuel Pombo Angulo en su obra dramática Te espero ayer, que pronto comenzará a girar hacia territorios más inquietantes, cuando advirtamos que “la niña” (como su madre y su tía la llaman de forma continua) se fue hace años de la casa, y se casó… ¡con Eduardo! Las ancianas, reacias a quedarse solas, se aferraron a la ilusión de creer que la muchacha seguía con ellas, y han terminado por refugiarse en una burbuja de desvarío, del que Eduardo y Mary pretenden sacarlas. Pero ese honorable impulso no resultará fácil de cumplir, porque la profundidad de sus heridas psíquicas es mucho mayor de lo que en las primeras páginas podíamos sospechar y terminará desembocando en un tercer acto donde humor negro, inquietud y falta de oxígeno terminan por asfixiar al lector.

Se trata de mi primera aproximación a la obra literaria del santanderino Manuel Pombo Angulo y, salvo sorpresa, no será la última.

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