lunes, 25 de septiembre de 2023

La sobriedad del galápago

 


Su nombre y las imágenes de sus libros me han asaltado (casi me han buscado) durante un par de años: bien porque los veía en bibliotecas, bien porque algunos de mis amigos comentaban en redes sociales sus opiniones, bien porque en los suplementos literarios de los diarios la mencionaban. Y ahora, por fin, he tomado la decisión de leer el primero de sus libros. Y digo bien: el primero. Porque me ha dejado tan buena impresión que quisiera repetir pronto con otro.

Este primer acercamiento se titula La sobriedad del galápago, está ilustrado por Mimi González, fue editado por la Diputación de Badajoz y está formado por seis relatos que, funcionando de forma autónoma, también pueden entenderse como piezas de un puzle, que lo acerca al concepto de novela corta.

Uno de sus protagonistas es Rechi, un inadaptado que se dedica a “distraer” todo tipo de objetos en los grandes almacenes y que ahora se ha obsesionado con una lujosa chaqueta de la marca Armani, valorada en 720 euros. Durante días, ronda con disimulo a su alrededor y busca la mejor manera de hacerse con ella. Otro de los peones en esta partida de ajedrez es Julia, la celosa dependienta que vigila su sección de modo implacable y que no parece mostrar fisuras que permitan a Rechi perpetrar su hurto. Añadamos a Daniel Cruces, cómplice de Rechi, que se fija en Julia con demasiada atención; una mantis religiosa que se encuentra encerrada en un bote vacío de Nescafé; un científico llamado Eugenio Grady, que ha ideado un experimento para obtener energía eléctrica de forma insospechada; y una joven que graba un vídeo más bien repulsivo. Ya tenemos todas las piezas sobre el tablero. Y, con ellas, Sara Mesa erige un relato pulposo, lleno de matices y giros inesperados, que asombra en sus últimas páginas con el ingenioso mecanismo de cierre que lo vuelve sobre sí mismo de forma esférica.

Es evidente que volveré a esta autora. Quizá antes de final de año.

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