viernes, 8 de septiembre de 2023

Retratos familiares

 


Vuelvo a pasearme, veinte años después de mi primera visita, por los Retratos familiares de Ricardo Sumalavia, donde redescubro las interesantes historias que el volumen cobija, y que sirven para adentrarse por los pasillos menos luminosos y menos complacientes del alma humana. Vemos a Marcelo, que convive con Sandra y que decide instalar en casa a su hermano, que acaba de salir de un sanatorio mental (“Retorno”); acompañamos a un padre y su hijo, que se encaminan a la casa de una mujer para comunicarle la dolorosa noticia de que su marido acaba de morir en un atropello (“Puertas marrones”); conocemos a la joven Olenka, cuyo padre ha fallecido y que tiene que compartir domicilio con su madrastra Marina (“La ofrenda”); leemos la historia del joven periodista que, embriagado por la belleza de su vecina Isabel, termina manteniendo relaciones sexuales con ella y con su amiga Marcia (“Los climas”); viajamos junto a Mirna, que regresa en avión de un largo viaje y que experimenta en el aeropuerto una escena de reunión familiar (“La herida”); o nos sentamos con Maribel y su padre en un restaurante donde se produce una riña poco agradable en la mesa próxima (“Familia”).

El narrador peruano dibuja con pincel muy fino, y con él construye escenas de una delicada textura, que los lectores debemos completar concentrando nuestra atención en todos los pliegues del lenguaje, en todas las luces y sombras del comportamiento de sus personajes. De esa forma, se consigue penetrar con la hondura necesaria en el pozo del relato.

Créanme que merece la pena.

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